Hoy, mientras sobrevolada una parte de España, al
volver casa, recordé una de mis experiencias, igual de importante que el resto,
pero destacó en mi mente cuando el sol me deslumbró encima del océano de nubes
blancas sin fin.
Años atrás…
Años atrás…
Los días se consumen a la misma velocidad que las
gotas de agua, cuando se deslizan por los cristales fríos de mis ventanas. Sin mirar atrás, dejando
todos y cada unos de mis problemas guardados en el cajón del desastre de mi Alma, esperando una solución que no
logré encontrar debido a mi ceguera ante la realidad.
Solo puedo percibir que mi entorno sigue creciendo
y me estoy quedando atrás. Veo pasar a mis seres queridos logrando objetivos y
metas que les hacen sonreír; sueños que yo también quise realizar y
cumplir, pero me fallé, empecé a completar frases con adverbios de negación,
limitándome; y por más vueltas que le doy, algo se me pasó por alto y por
más que lo intento, no lo encuentro.
Según mis creencias, todo sucede por algún motivo, es decir aprendizaje y por regla de tres, debo de aprender cuál es la raíz de este momento, “Ahora”, para poder seguir creciendo y mejorando cada segundo que pasa en mi historia, ya que soy el protagonista, igual que el resto de los seres vivos de este bello mundo son los protagonistas de sus propias historias.
Según mis creencias, todo sucede por algún motivo, es decir aprendizaje y por regla de tres, debo de aprender cuál es la raíz de este momento, “Ahora”, para poder seguir creciendo y mejorando cada segundo que pasa en mi historia, ya que soy el protagonista, igual que el resto de los seres vivos de este bello mundo son los protagonistas de sus propias historias.
Pero debo darme prisa, no por perder el tren de la
vitalidad, por qué ya estoy vivo y soy consciente de ello; sino por el aforo
del cajón del desastre, temo que un día de estos pueda explotar y sacar a la
luz todo aquello que no he conseguido resolver, por dejarlo al margen; y a
larga, se que afectará a mi salud, a mi autoestima… hasta destruirme a mí mismo
y parte de mi entorno.
Si fuera una persona conformista no debería de quejarme, poseo un trabajo, un hogar, un compañero, un puesto de estudiante de económicas… entre otros materialismos, pero no es suficiente, por qué al acostarme lloro igual que al levantarme mientras escondo mis llantos al ducharme con agua hirviendo, huyendo entre el vapor; deseando que aparezca un nuevo mundo delante de mis ojos azules y rojizos del sufrimiento interior.
Si fuera una persona conformista no debería de quejarme, poseo un trabajo, un hogar, un compañero, un puesto de estudiante de económicas… entre otros materialismos, pero no es suficiente, por qué al acostarme lloro igual que al levantarme mientras escondo mis llantos al ducharme con agua hirviendo, huyendo entre el vapor; deseando que aparezca un nuevo mundo delante de mis ojos azules y rojizos del sufrimiento interior.
Transcurrieron los días, como flechas que me
atravesaban el corazón y me resucitaban al día siguiente para seguir dando
vueltas y recordando quién era yo, antes de participar en este juego en forma
de espiral.
Hasta que llegó un día del calendario, sin anotaciones ni compromisos, y me planté en frente de la comodidad, que me estaba desangrando, mientras tomaba una decisión, “Solamente yo ó uno más”. Y al mismo tiempo, dejé de ser un estudiante economista, deje a mi compañero y sus sueños, para poder realizar los míos y volver a sonreír.
Hasta que llegó un día del calendario, sin anotaciones ni compromisos, y me planté en frente de la comodidad, que me estaba desangrando, mientras tomaba una decisión, “Solamente yo ó uno más”. Y al mismo tiempo, dejé de ser un estudiante economista, deje a mi compañero y sus sueños, para poder realizar los míos y volver a sonreír.
No permitáis que todo aquello que os haga sentir
mal e insatisfechos (o incompletos), se apodere de vosotros, porque solo con
unas gotas de nada, pueden cegarte durante años incluso décadas. Nadie tiene el
poder de cambiaros ni limitar vuestros sueños. Sólo vosotros podéis
representarlos, ya que nacieron de vuestro interior, son vuestras semillas que
florecerán de la forma más bella posible.
Cada uno de vosotros sois dignos de mereceros lo que os haga felices, no os
detengáis ante situaciones que os lo impidan, porque os condenareis vosotros
mismos.
Puede sonar fácil… ¿Pero no somos nosotros quienes complicamos las situaciones
y nuestro día a día?
David Boix
Hoy por fin me voy a conectar a este trasto para leer tus entradas y contestar, coñe, tenía que hacerlo ;) Ya te dije lo obsoleta que estaba.
ResponderEliminarwww.youtube.com/watch?v=jXfmh_lPGpc