martes, 14 de febrero de 2012

Viaje a la plenitud


A veces me siento como aquellos guerreros que dejaban a sus seres queridos para iniciar sus aventuras en solitario. Y a la vez, nacía la confianza de que si no volvían a su hogar las personas que los esperaban, sabían que dichos héroes, lo dieron todo antes de partir a un nuevo mundo.

Enfocando mí día a día,  mientras voy realizando pasos en función a metas y objetivos ya sean materiales o inmateriales, como sonrisas, bienestar y/o salud. Construyo mis caminos con la ayuda de mi entorno pero sobre todo gracias a las personas con las que lo comparto (amigos, familia, conocidos y desconocidos,..) entregándonos mutuamente, con señales, consejos, ofrendas, risas y caricias.


Cultivamos nuestra existencia  lirica con múltiples vivencias con emociones, es decir sentimientos, sin olvidarnos de la ilusión esa fragancia que nos rodea pero que deberíamos de matizar con el sentido común; para evitar catástrofes ya que la mayoría de la raza Humana tendemos a complicar cualquier situación, creando efectos opacos y colaterales.

Hasta que se nos sorprende una llamada que nace del interior, un estimulo que sin darnos cuenta poco a poco nos va  distanciando de las personas que nos acompañan en este momento,  Ahora. Al principio piensas que son efectos de un mal despertar. Al transcurrir  unos días muestras inquietud y  a consecuencia provocas una conversación para hablar de cualquier concepto o experiencia sin sentido, ya que estas forzando un vínculo. Y aunque creas que se ha solucionado sientes que en verdad no has retrocedido nada, porque solo puedes ir hacia delante.

Muchas de esas personas empezaran a analizar los últimos acontecimientos en busca de malestar, juicios, culpa… que haya podido surgir sin prestar atención; y otras, decidirán cuestionarse la situación y el posible motivo dando un enfoque abstracto, como por ejemplo “El tiempo lo dirá”  “Dejemos a ver qué sucede”.


Como hemos comentado en artículos anteriores tu trayectoria es una evolución, un aprendizaje continuo, con la intención de mejorarte cada vez más según tus objetivos y sueños, por lo tanto todas la personas que aparezcan en tu vida y según tu elección, observaras y en parte experimentaras un estilo de vida, unos nuevos o mejorados hábitos y costumbres, vocabulario,… son infinitas situaciones e innombrables en una milésima de segundo.

Por lo tanto cuando tu inicias una relación con una/as persona/as ya sea gestual, comunicativa, de año y medio o simples minutos esporádicos,  te estás enriqueciendo con efecto reciproco. Hasta que ese Ser ya no pueda enseñarte con la misma intensidad. ¿Por qué? ¿Cuál es el suceso de reducir ese flujo de conocimiento?

Todo y todos estamos en movimiento a la vez que aprendes de una persona experiencia o cotilleo, se reajusta el tablero de juego y sigues avanzando casilla a casilla según vayas creciendo Tú y la evolución que te acompaña en tu camino.

Sin darte cuenta iras dejando a personas atrás porque  sigues hacia delante, afrontando nuevas realidades, oportunidades, proyectos, emociones, situaciones arriesgadas,… ¡Eso es vivir!. Y no todos podemos vivir y entender con la misma intensidad las experiencias presentes y en proyecto de futuro como otros, porque cada uno de nosotros somos únicos.

Recordar que si os aferráis a personas ya sea por  dependencia  o simple comodidad o el eterno desapego; pueden pasar miles de trenes por delante de ti, y si no estás atento, ¡Perderlos todos! Y a la larga surgirá la frustración, agobios o la famosa lamentación “Si yo hubiera hecho…”

La solitud no es un concepto negativo si se usa para crecer y abrir nuevas puertas para ceder paso a nuevas experiencias, que vendrá acompañadas de personas deseosas de compartir contigo su evolución igual que tu.



Gracias a todos los que me acompañaron, me acompañan y me acompañaran.

David Boix

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