Los seres humanos igual que los animales y el resto de los seres
vivos, posemos impulsos que a priori no comprendemos y
que difícilmente afrontamos. No todos
consiguen ver más allá después de que suceda.
Dichos actos no son más que el reflejo directo de nuestros instintos
primitivos que guardamos en nuestro interior, lejos del sentido común,
archivados como pendientes de revisar.
Al ser un impulso, un acto que no se detiene en las estación del pensamiento, ni reflexión, ni entendimiento,… provoca automáticamente y sin pausa alguna, un disparo de emociones que afecta a uno mismo y a todo el entorno que lo rodea, subrayando aquellas personas que compartan vínculos emocionales con el causante.
Al ser un impulso, un acto que no se detiene en las estación del pensamiento, ni reflexión, ni entendimiento,… provoca automáticamente y sin pausa alguna, un disparo de emociones que afecta a uno mismo y a todo el entorno que lo rodea, subrayando aquellas personas que compartan vínculos emocionales con el causante.
Pueden ser miles las causas que llevan a
una persona ha recrear uno, por ejemplo la impaciencia, la incomprensión, la
agonía, la necesidad, el engaño, el éxtasis
de alegría, una tranquilidad continua, el deseo de encontrar o ser vulnerable a
una situación o a un compromiso desconocido.
Sea
cual sea el motor que lo inicio, tu
trayectoria habrá variado unas decimas a consecuencia de la entrada de los nuevos acontecimientos que tendrás
que afrontar y reconocer como aspectos y características que forman parte de
ti, que hasta el momento estaban dormidas en tu interior y que gracias a ellas
podrás vivir nuevas experiencias y acontecimientos afines o empujones para
saltar y seguir aprendiendo.
Las
moralidades empíricas suelen basarse sobre las
experiencias, a poder ser en primera persona, evitando juicios inútiles “¿es
bueno o es malo?” en vez de interactuar; privando la oportunidad y la posibilidad de vivir aquello que esta por conocer y que parte
de un impulso.
No frenes la entrada de nuevos proyectos,
de situaciones que en ningún momento pensaste que podían ocurrir y menos como protagonista. Disfruta de todo que estés viviendo y este por
aparecer.
David Boix.
Podría decir, que muchas veces a esos impulsos nos lo cuestionamos, incluso lo catalogamos como malo. Cuando realmente si lo analizas...es algo que ha salido "espontaneo" y ha salido bien... porque reprimirse y dejarse llevar por ese impulso... no?
ResponderEliminarA veces lo nuevo, puedo echar para atrás...pero, porque no abrir el abanico de tus miedos y airearte un poco?¿ los nuevos aires sientan bien.
Jose Valladares Dolado