martes, 31 de enero de 2012

La incógnita de la llamada



Hoy disfrute de un tarde soleada  dejando pasar las horas mientras perdía mi mirada ante el cielo azulado tumbado en el césped rodeado de margaritas blancas. Sujetando las manos de mi inocencia impacientes por coger una simple margarita y como aquel que tira una moneda al aire, cambie la cara y la cruz por un “¿Lo llamo? o… ¿Espero que me llame?


Mi duda quiso apostar y dar paso al azar ignorando el numero de pétalos,  empecé a desnudar la flor al mismo tiempo que revivía en mi interior los dulces momentos que he compartido con él hasta el día de hoy: un paseo, un cine, una caricia, su voz, su ternura…,  todo él.  Pero me detuve y si no recuerdo mal, el cuarto pétalo todavía seguía deslizándose por el aire cuando me cuestione  si el hecho de coger el teléfono, marcar su número y escuchar su voz, ¿Estuviera incumpliendo un protocolo de relaciones entre dos personas? ¿A caso mover ficha primero significa desenfreno pasional? O para otros ¿Puede significar la pérdida del orgullo por ir detrás de una persona que te atrae por múltiples razones que te hacen sentir mariposas en el estomago?  

Evitemos los tópicos sin sentido común, como por ejemplo el “Me tengo que hacer de rogar para que me valore y este más tiempo por mi” ¿Perdona? ¿Por qué no valoras tú el tiempo que esa persona está invirtiendo solo por tenerte en su vida?  Eso lo ignoramos, no somos conscientes del esfuerzo que está realizando esa persona por cederte vía libre a sus sentimientos; mientras tú creas una barrera de acceso  que solo desaparecerá si la persona que te causa nervios al verlo cede primero.  Recompénsalo, envíale un mensaje al móvil de tal manera que piense en ti mientras que en su interior estalla una fusión de emociones, a la vez que nace una sonrisa inocente.

A simple vista parece un gesto insignificante pero todos poseemos el don de poder hacer sentir importante a una persona, darle el gozo de la satisfacción de que le importas, apartando los temores y obstáculos; porque con el tiempo le estas ofreciendo la oportunidad de ser tu compañero.
El deseo de compartir con otra persona nace por sí solo. No conoce ni el tiempo ni el espacio por lo tanto no se puede comprar ni alquilar, ni buscarlo ya que se encuentra. Se trata de una esfera que gira sobre sí misma alimentándose de todas las experiencias que aportéis sin intenciones egoístas, ni manipulaciones para conseguir su atención.

Levantaos conmigo del  césped mientras oléis el olor de los pétalos impregnado en vuestra ropa, y al incorporaros respirar profundamente alzando la mirada hacía el Sol. Olvídate del Azar y  empieza a marcar con dulzura su número para oír su voz y compartir experiencias, halagos y sonrisas; alimentando el deseo con vuestros nombres bordados.

Las puertas como las oportunidades no se abren por si solas, necesitan una llave que guardas en tu interior y no existe otra igual. No permitas que se llene de telarañas por cobarde, orgullo o por una decepción de tu pasado. Cuando estés frente a un posible inicio no dudes si la recompensa es positiva.

Introdúcela, gírala suavemente y disfruta de los nuevos acontecimientos que te mereces por ser tú mismo cada día.

David Boix

1 comentario:

  1. Tienes muchísima razón. Si nos abriéramos un poco a los demás y aprovecháramos las oportunidades, al menos tendríamos acceso a tener otras experiencias. Quizás incluso la de nuestra vida. Simplemente el hecho de mantener las máscaras por miedo, por protocolos o estrategias te hace sentir triste, es triste, si en el fondo queremos dar un paso hacia delante. Si eres tú mismo, perderás, arriesgarás, pero también ganarás. Y eso no tiene precio.
    Me quedo con "¿Perdona? Por qué no valoras tú el tiempo que está invirtiendo solo por tenerte en su vida?"
    Felicidades por la entrada. Me ha encantado!!!

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